domingo, 15 de marzo de 2015

Capítulo XIX: El gris opuesto

Algunas situaciones nos ponen en una posición por la cual, comenzamos a replantearnos nuestra vida. Muchas cosas que están frente a mi y que, casi siempre, no puedo ver. Pero aún así, permanecen, reflejándose en mis espejos.  Varias veces repetí que lo bueno que tiene la vida es que es impredecible. Y siempre pasa que se cumple esa profecía. 
Historias con las que uno puede sentirse identificado, aunque no necesariamente la haya vivido en carne propia de la misma manera, el sentimiento logra ese mismo punto. Recuerdos y experiencias que se entrelazan, dando lugar a esos fantasmas que nos atormentaron a más de uno. Dejando de lado a nosotros mismo, solamente por tratar de ayudar a los demás. Poniendo siempre sus intereses por sobre los de uno mismo. No es una cuestión de ego pero, la mayoría del tiempo, debería ser al revés. No se puede poner a otro por delante de uno mismo, ya que no se puede ayudar a otros sin estar bien primero. Aún el amor más verdadero que uno mismo puede sentir que da, del otro lado no tiene el mismo peso. Dar y recibir se convierten en una odisea en donde uno siempre pierde. No tiene mucho sentido contándolo de ésta forma, ya que es medio complejo de hacer que se entienda.
Las siglas de "El Gris Opuesto" forman la palabra "EGO". Es algo relativo, ya que muchas veces es lo que nos aleja de las personas, pero a veces es necesario enfrentarse a él y empezar a cuidarse uno primero. Las rodillas sangran, las piedras cada vez son más grandes y ya no alcanzan todo las lágrimas para tratar de sacar todo ese dolor, causado por un falso sentimiento que trataste de asimilar como "amor". No es fácil escapar del ego ni tampoco tratar de usarlo a tu favor. Es tan raro que a veces asusta. ¿Por que nunca es justa la felicidad?.
En simples palabras, una persona logró que con una simple historia encontráramos la manera de hacer una nueva gran canción. Se convirtió en una de mis favoritas. Ésta narra la historia de un viaje hacia el pasado, contado desde primera persona pero haciendo presente a la verdadera protagonista, con detalles que la mantienen al frente. En cierta forma, me siento parte de él al estar tan involucrada en lo que sentí al leer ésta historia. Yo interpreto mi manera de escribir como hacer un viaje hacia el pasado, tratando de buscar una forma de convencerme de que estoy mejor y que, lo que el futuro me depare, no dependerá de nadie más que de mi. No se puede lograr nada en éste viaje, sin tener la frente en alto. Taylor Swift dijo en su canción "Eyes Open": "Pasos adelante y manteniendote en guardia. Cada lección forma una nueva cicatriz" .

Con ese sentimiento me atravesaban
En mis ojos verdes, se reflejaban.
Mis palabras no se expresaban
Esas lágrimas una tormenta creaban
-
Recuerdo cuando "amiga" me llamaban
Dudo si mentían o un error arrastraban
Aunque la culpa nuevamente me atrapa
Es tiempo de volver a darme importancia
-
Y yo escapo
Dejando detrás de mi
Todo eso que viví
Esas personas que conocí.
Y aún queda ese recuerdo
De no haberme cuidado primero
De pensar que era verdadero
Ese amor que pude "sentir"
-
La tormenta comenzó y nunca cesaba
Destruyó mi mundo con simples palabras
A este gris opuesto me enfrento aterrada
Y finjo estar en pie aunque esté destrozada
-
Ojos tristes que mi cara atraparon
Como una pequeña, mis rodillas se cansaron
Corriendo, de esas voces escapando
Pesadillas de las que estoy despertando
-
Y yo escapo
Dejando detrás de mi
Todo eso que viví
Esas personas que conocí.
Y aún queda ese recuerdo
De no haberme cuidado primero
De pensar que era verdadero
Ese amor que pude "sentir"
-
Y caí en la realidad
Buscando la manera de aceptar
Este odio intentando ocultar
Liberando mis ganas de gritar
No creo poder aguantar mucho más.
-
Y yo escapo
Dejando detrás de mi
Todo eso que viví
Esas noches de insomnio sin fin
Y aún queda ese recuerdo
De no haberme cuidado primero
De pensar que era verdadero
Ese amor que me llevó a morir.

sábado, 7 de marzo de 2015

Capítulo XVIII: Estoy Segura (A partir de ahora)

Dicen que la confianza es lo primero que se necesita para lograr lo que uno se propone; y que la esperanza de ello es lo último que se pierde. Pueden aparecer dudas, piedras que te hagan tropezar y dejen raspones en tus rodillas; ganas de dejarlo todo y humores que te hagan preguntarte a ti mismo "¿Vale la pena o ya fue?". Es la pregunta clave, para la cual la respuesta es irreversible. Es muy difícil retomar lo que se deja. Ya sea porque trae consigo un sentimiento amargo o, porque simplemente, la felicidad que contiene permanece tan intacta que tenemos miedo de arruinarlo. 
No es la primera vez que me refiero a éste tema en particular, ya que ocupa una gran parte de mis sentimientos, pensamientos e, incluso, mi vida en si. 
Todo empezó de la manera más simple e inesperada. Cada paso hizo que poco a poco, se hiciera mas y más importante, hasta el día de hoy es que el límite no está definido. Tanto como el crecer, me trajo las mayores dudas y miedos. ¿Que iba a pasar mañana? ¿Me voy a adaptar a lo que se viene?. Y vueltas y vueltas en mi cabeza, produjeron que me cayera más de una vez, a causa de que actuaba solamente pensando en mi; tratando de dejar de que el futuro me atormentase. No disfrutaba el hoy, de lo que pasaba, de los momentos más lindos que tenía ante mis ojos. Aún así, el tiempo pasó y, aunque a veces de la peor forma, fui aprendiendo de las lecciones que me dio la vida. Entre miles, el hecho de que, en la mayoría de los casos, hay cosas que no duran para siempre. Aunque uno quiera atraparlas con las más fuertes cadenas, si amas algo lo mejor es dejarlo libre. Esto sucede por el simple motivo de que, aunque no lo queramos admitir, es más el daño que nos produce al bien que nos podría llegar a producir. El peor enemigo de uno mismo en estas situaciones son las dudas. 
No quiero irme por las ramas con sermones, ni tampoco reflexionando sobre lo que me enseñó la vida en 16 vueltas al sol. Así que simplemente voy a resumir lo que me pasó.
Una situación particular de la que siempre me arrepiento fue, sin dudas, la que convierte ésto en un miedo al deja vu. Era tan perfecto que no puedo creer que haya sido cierto. Una promesa de un "Para siempre, pesar de todo". Simplemente, se fue borrando de a poco, haciéndome parte de ese proceso. Como un juguete abandonado en un clóset, me fui con el resto de la escuela primaria. Todo cambió, incluso yo. Pasó el tiempo, y todavía tengo flashes de aquellos tan felices momentos de los cuales nunca me voy a poder olvidar. Hoy en dia, incluso, a veces esta frente a mi y ya no reconozco aquello que alguna vez me dio tanta paz. Pasó a ser algo a lo que muy bien conocí.
Hace dos años, nunca pensé que iba a vivir lo que ahora me está pasando. Tan loca, tan hermosa, tan simple, tan... tan particular situación. Era todo un juego entre 14 y 16. Aparecieron trabas inevitables que hicieron que pasara lo que pasó, reservándome los detalles para que, los que me estén leyendo en éste momento, no recuerden lo que leyeron en capítulos anteriores y no piensen que es más de lo mismo. El pasado quedó como una historia, de la cual muchas veces me hace bien acordarme, porque se que sigue conmigo a pesar de todo. Superamos cualquier obstáculo, lo que muchas veces creí imposible. Crecí. Ya no razonaba de la misma manera y veía las cosas desde otro punto de vista. Llegó el último verano normal para ambas, una sorpresa para mi. Nada había cambiado, sigue intacto aquel sentimiento de felicidad que tan bien me hace. Aunque todavía tengo ese miedo a que todo termine en el vacío, estoy segura de que a partir de ahora, nada va a poder separarnos. Queda en nosotras adaptarnos al cambio que nos espera y, de alguna forma, hacerlo juntas. 
Dando nombres, cuando era aún más chica, mi mejor amiga Jimena se fue de mi vida para siempre. Ahora, cuando la veo, no puedo sentir mas que una sensación de haberla conocido en algún momento. En cambio, Valeria es distinta. Nos conocemos hace casi tres años. Tuvimos muchas recaídas y enterradas en lo más profundo pero, aún así, hoy somos mejores amigas. Quien sabe por cuanto, quien sabe lo que depare. Pero estoy segura de que va a costar mucho separarnos de nuevo. Cada cosa que venga a partir de ahora, solamente va a tratar de hacernos más fuertes.

"'Cause we never go out of style"


lunes, 2 de marzo de 2015

Capitulo XVII: Ser o Parecer

Ser: Se usa para atribuir al sujeto de la oración una cualidad o condición intrínseca, natural o permanente, que se expresa mediante un adjetivo, un complemento preposicional, un nombre o una oración equivalente; también se emplea para indicar el oficio o profesión que una persona tiene o alguna actividad o dedicación habitual.
Parecer: Tener determinada apariencia o aspecto.

Odiaría que alguien estuviese en mi cabeza en éste momento. Tendería a desarrollar un miedo profundo a ahogarse, en un mar cósmico de dudas mezclado con deseos y conflictos. ¿Cuando no pasa eso dentro de mi inconsciente? ¿Cuando no perdiendo el control de mi misma y mis mundos?. Siempre. 
Una demanda de llanto inunda mis pensamientos. Como dicen, nadie puede evitar la tormenta después del cielo despejado. Solo queda "Aprender a bailar bajo la lluvia". Es demasiado complicado bailar cuando, lo que llueve es ácido mezclado con granizo. Cada parte de tu cuerpo se quema y sientes una inmensa sensación de desconformidad, amargura y pesar. Es el sabor de un mal día... un verdadero mal día.
Un error, tras otro. Venía evitándolos. Uno se me escapó, sin darme cuenta. Consecuencias de una noche de Boliche que no planee. Nada malo, en realidad. Ni yo lo había notado... pero él si lo hizo. Podía ver el odio en sus ojos, la sensación de enojo y el fuego que salía de sus palabras. Eran tan letales como cuchillas, atravesándome. No pensé y quise Ser aquella chica fuerte de la que tantas veces me sentí orgullosa, tratando de defenderme. Utilizando mis palabras como escudos ante esas espadas y navajas, terminé tendida en el piso, rendida ante la angustia. Nadie sabía que decir. Él solo se fue, insultándome. Odiándome. Maldiciendo mi error y mi existencia. Todavía siento como el frío viento me recorría todo el cuerpo y el miedo hacía que me apareciera piel de gallina. Fue él, mi propia sangre, quién me hizo sentir como el peor error de su vida. 
Sentada con la cabeza sobre mis piernas, las lágrimas brotaron de mi cara, sollozando penas. Lamentándome por haber cometido ese pequeño error tan inocente. Otro más. Solamente sentía ganas de llorar, mezclado con argumentos para justificar que todo lo que había pasado era injusto. Así fue. Lo sabía, cada parte de mi me lo decía. No tenía derecho a tratarme así. Con tanta frialdad, como si no pudiese ver que era aquella hija  a la que él crió. Como si no me conociera. Pareciera ser que me habían atravesado el  pecho con una daga, la peor mano de todas.
Mis ojos se habían tornado grises, imitando al color del cielo de aquella tarde en la playa. Cubriéndome con una capucha azul y mis oídos alimentándose de la música de mi celular; junto con mis ojos aún llorosos, me fuí. No sabía a donde. Solamente caminaba con una vista fija. Se me hacía difícil concentrarme con aquel sabor amargo en mi boca. La gente pasaba y me veía, con aquel aspecto horrible que mostraba mi cara: un color rojizo, hinchado, con algo de maquillaje corrido que me había quedado de la noche anterior. No aguanté la depresión ni tampoco el deseo de descargarme. Tomé mi teléfono y le escribí a mi mejor amiga. Mientras lloraba, yo le contaba como me sentía y todo lo que había pasado. Cada palabra que salió de mi boca en ese entonces, se entendía a medias. Mi respiración se había acelerado, mi llanto aumentado y no sabía como expresarme. Ella tampoco sabía que decirme. A pesar de eso, una parte de mí se aliviaba de que estuviese apoyándome en ese momento. Le confesé que no estaba bien como le había dicho, que sentía deseos de morirme como hacía unos años. Que estaba cayendo en aquél pozo depresivo de nuevo. Que había tenido deseos de cortarme, de lastimarme. Que me estaba consumiendo la angustia. 
Después de un rato, le pedí que hablásemos después
La realidad era que, aparentaba ser una chica fuerte. Quería parecer que estaba acorde a mi edad, una chica madura de 16 años. Con sus objetivos futuros y de la cual sus padres estaban orgullosas. Quise demostrar que había dejado a mis demonios y miedos atrás, tratando de defenderme ante el ser más superior ante mi. Quise parecer que tenía un argumento válido que le quitaba lo malo a ese error tan minúsculo. Quise justificar mi última palabra, sin derramar una lágrima cual niña pequeña. Todo terminó saliendo al revés.
Estaba destruida, devastada, consumiendo lo que me quedaba de aliento mientras caminaba. Entre la arena y el mar, esquivando el viento, me encontraba en ese momento. Canción tras canción sonaban en mis oídos, ninguna me daba ánimos de seguir. Simplemente no paraba de pensar, con mi cabeza sin parar de girar y mis ojos cada vez más empapados de angustia. Todavía no caía en la cuenta de lo que había pasado y no encontraba en mi el valor para volver y enfrentarlo verdaderamente. Tranquila, sin presiones y pensando cada palabra. En ese momento, pedía que me transformase mágicamente en sirena, para poder escaparme nadando a toda velocidad a través de las olas. En la realidad, eso no era posible.
De repente, una canción particular sonó en mis oídos. Recordaba aquella vez en donde alguien muy especial me la había dedicado junto con un mensaje: "Vos no sos menos que nada ni nadie". Al escucharla, sentí una sensación de poder atravesando mi cuerpo. Las lágrimas dejaron de caer. Pasé mis manos por mi cara y, al ritmo de la canción, sonreí. No recordaba mucho la letra estando en inglés pero, como la primera vez, percibía aquel sentimiento de superación. Habiendo mencionado todo lo anterior, volví con la cara en alto, dispuesta a defenderme. 
Al final de cuentas, Ser y Parecer son verbos totalmente distintos. No es lo mismo parecer fuerte, que ser fuerte. No es lo mismo parecer débil a ser débil. No es lo mismo Ser tonta, a parecer tonta, al igual que ser madura al parecerlo. Yo tengo muy en claro que es lo que parezco y que es lo que soy: Una piba de 16 años, que tiene sus cosas, pensamientos e ilusiones. Se guía por lo que siente y no por lo que otros piensan. Tiene su mundo y es muy cabeza dura en cuanto a lo que quiere. Le gusta tener la última palabra para defender su argumentos y no permite que nadie la subestime, o le cuestione lo que no es. Sufrió de Bulimia, depresión y llora a escondidas para mantener su postura fuerte. Cree en la magia como una niña pero sabe perfectamente que todo es un cuento en su mente. La música es su mentora y Taylor Swift su fiel consejera. Le gusta salir y desconectarse del mundo por una noche, sintiéndose sexy por su cuenta. No le gusta que la usen para beneficio propio y luego la olviden. Tiene miedo a que la rechacen pero aún así, sigue. Odia muchas cosas de ella misma, pero siempre saca provecho de aquello para alguna canción. Le gusta estar rodeada de gente de confianza pero, también, se permite un tiempo para ella misma. Sus momentos más felices fueron los más inesperados. Tiene una pequeña obsesión por las sirenas y el número 21. Todo tiene un fin para alguna canción y ella lo sabe. Cayó muchas veces y, con sangre en todo el cuerpo, logró levantarse. Parece ser tímida, pero solo porque no la conocen. Parece dura y cara rota, pero extraña a demasiada gente en que ya no está. Parece que se olvida de todo pero es alguien que se acuerda hasta el más mínimo detalle de situaciones especificas. Es esclava de un sentimiento que la fortalece y, muchas veces, la consume. Aún así, sigue siendo su motor. Tiene una familia a la cual ama y tiene miedo de decepcionarlos con sus actos. Aparenta querer irse pero, en realidad, solamente quiere que el tiempo no avance. Ella solo quiere SER feliz, como toda persona. Esa, soy yo.



"¿Sabes que todavía hay una oportunidad para tí?
Porque hay una chispa en tu interior.
Solo debes encenderla, la llama, y dejarla brillar.
Simplemente tener la noche (poseerla, que sea tuya)
como el 4 de Julio

Porque cariño, eres como los fuegos artificiales.
Vamos, enséñales lo que vales,
haz que digan "Oh, oh, oh"
cuando cruzas el cielo.

Cariño, eres como los fuegos artificiales
Vamos, deja que tus colores estallen,
haz que digan "Oh, oh, oh",
Vas a dejarles alucinados (hacerles caer)"

Firework - Katy Perri