viernes, 2 de enero de 2015

Capítulo X: Testimonio Recopilado

3 de Agosto de 2014. Georgina. 15 años. Mente atormentada.

Pequeñas Luces

Este es el momento donde me pongo a escuchar alguna canción que me inspire a describir lo que siento. No encuentro ninguna porque no se exactamente que es lo que me pasa, pero lo intento. Intento volver a mis viejos comienzos y en mi computadora suena "Una vez mas" de Teen Angels. Me encuentro con un dolor de cabeza que me retuerce, que no me deja dormir. Que me domina. Había tenido un día agitado donde había comido todo lo que la abuela había cocinado (cosa que era inevitable). Asocié todo esto con un efecto de malestar estomacal y decido relajarme. No funciona, mi estómago me obliga a expulsarlo todo. Como no puedo hacerlo involuntariamente, decido provocarme el vómito inmediato. Funciona y alivio el dolor de estómago, pero mi cabeza sigue dándome vueltas. Decidí irme a bañar. Todo se perdió en el agua.

Pasaron exactamente dos semanas pero al fin decidí retomar esto. El vacío se convirtió en mi peor enemigo: Los malos recuerdos. Dicen que, aunque no lo queramos, todo vuelve en forma de pequeños destellos de luz. Aquella persona amada, ese pequeño tropezón que te ocurrió de chiquito, las lágrimas de dolor de aquellas noches de tormenta donde no hacías más que sentir que te morías. Todo eso, (y más) vuelve.
Hacía mucho tiempo tiempo que no me sentía así. Exactamente, casi un año. Pero está pasando de nuevo.
Aquel demonio que dominó mi cuerpo por casi 8 meses está convirtiéndome, de nuevo, en aquella persona fría, egoísta, insegura, depresiva y despreciable que fui. Para colmo, hay algo que todo el tiempo es notorio en mi: La desconformidad con mi cuerpo.
Hacia tiempo me prometí a mi misma no volver a pisar una balanza, ya que cuando lo hice la última vez en el pediatra, me puse a llorar. No pude evitarlo. Me aconsejaron que volviese al psicólogo y no quise, más con todos los problemas que tenía. Admito que hubo momentos en los que opté por cortarme, pero no lo hice.
Parte de mi quiere auto castigarse por no haber podido superar este quilombo y la otra no sabe que hacer por miedo a volver a caer.
Hoy, luego de tanto, me subí una balanza y cuando ví que el marcador decía "61.5", las lágrimas cayeron automáticamente de mis ojos. Salí y me senté en la mesa sin decir nada. Pasaron 3 horas y todavía en mi mente reformulo la situación para descubrir como sobrellevar esto. "¿QUE HAGO?"
Y de ahí, solamente recurrí a la música.


"Nacemos con millones de pequeñas luces
brillando en la oscuridad,
y ellas nos muestran el camino.
Una luz se enciende,
cada vez que sientes amor en tu corazón,
una muere, cuando se aleja.
Nacemos con millones de pequeñas luces
brillando en nuestro corazón,
y mueren por el camino,
hasta que somos viejos, y fríos,
y estamos tumbados en la oscuridad,
porque un día, todas se consumirán."


Passenger- All the Little Lights

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