viernes, 2 de enero de 2015

Capítulo IX: Besos con Vodka

A continuación, un pequeño fragmento de una reflexión del 19 de Febrero de 2014, Realizada a base de un sueño:

"Últimamente, me doy cuenta que la felicidad y el deseo son como una droga y muchas veces no pueden separarse: cuanto más grande es la felicidad, también lo es el deseo de no estar triste y conservarla. Como cualquier droga, nos permite escapar de la realidad y nos hace vivir en una en donde todo es perfecto y los problemas no existen; nos hacen soñar despiertos. Pero, a pesar de eso, es mala. Dicen que soñar es malo si olvidas vivir y, cuando se vuelve una adicción, la verdadera realidad nos destruye. Pero, en parte, la felicidad se disfruta más cuando se aprecian ESOS momentos en donde es tan grande como un infinito. Pero, hablando en serio ¿Quién no querría que se hicieran realidad sus sueños más felices?.

Igualmente, cuanto más grande es el deseo y la felicidad, más grande es el riesgo de que, de un momento a otro, se destruya y nos haga derrumbarnos a nosotros mismos. 
Lo que hace tan especiales a los sueños son que, algunos (en donde más somos felices) son imposibles. Y eso, en consecuencia, aumenta el deseo de querer que se haga realidad. [...] "

Volviendo al año 2014, toda adolescente de 16 años sale a bailar. En el transcurso de la adolescencia, se prueban cosas. Muchas de ellas, la mayoría, son el alcohol, los cigarrillos y las drogas. Anteriormente hablé de mis vicios en cuanto a varios aspectos que me sucedieron a los 13 años. Actualmente, habiendo cumplido 16 hace 4 meses, las cosas cambiaron. Quise rememorar éste fragmento por el simple hecho de que se basa en un sueño, un momento feliz. Algo que se arruina completamente cuando uno se despierta. No dormí esa noche, pero todo fue un desastre cuando me desperté.
Era 27 de Diciembre, había pasado la navidad y salí a bailar con las amigas de mis hermanas. No necesito una mala influencia para cometer estupideces. Son de mantener el dicho "La noche no se pasa sin alcohol". Literalmente, yo estaba de acuerdo con su jerga. Nadie le vende alcohol a las menores de 18 un sábado a las 2 de la madrugada. Pero, como siempre, existe un bar oscuro, morboso y turbio donde con un simple chamullo al de seguridad y un documento falso, pasas.. Hacía mucho tiempo no salía y nunca creí hacer lo que hice esa noche. La carta de tragos estaba accesible para todas y todo se resumía a Vodka con algún agregado: Vodka con licor de melón, Vodka con Licor de frutilla, Vodka con jugo de naranja. En fin, Vodka. 
Salimos del morboso bar y se me vino a la mente una antigua receta para hacer que el alcohol te hiciera pasar una noche sin preocupaciones: Pierde la cabeza. En ronda, todas juntas, empezamos a sacudir la cabeza. Todas mareadas, caminando por las calles Dardo Rocha y Dorrego, conseguimos libre acceso a la barra de otro Bar más de clase y no tan morboso. Nos regalaron un Frizzé para todas. Estaba, literalmente, por perder la cabeza. Entramos por fin al boliche, sin hacer fila y con acceso vip. Creo que en parte eso es lo genial de ser mujer, tiene sus ventajas. Entre medio de la música y con el sobre exceso de alcohol, quise ir por más. Gasté todos mis ahorros actuales en bebida esa noche. No lo lamentaba.  Comencé a hacer estupideces. Con tan solo ver las cosas que decía/hacía estando sobria, no me quise imaginar lo que hice estando ebria y no recuerdo. 
Tomé mi teléfono y empecé a mandar mensajes que prácticamente imposibles de descifrar por cualquier humano. Fueron incontables a cantidad de audios que le llegaron a mi mejor amiga. Mi ex novio había prometido que nos íbamos a ver esa noche pero, en ése estado, no creía que viniese.
En el medio de la noche, mientras daba vueltas por todo el VIP, recibo su llamada. "Estoy afuera, en el auto". Me tambaleaba, no podía mantenerme en pie. Salí del boliche, con el al teléfono, le pedía que viniera rápido, que me rescatase. No entendía nada. Estaba confundido al igual que yo. Se supone que sería fuerte y ésa noche le diría que todo había terminado y que nada iba a hacer que volviésemos a estar juntos. En cuánto me di vuelta, vi su auto rojo estacionado en frente de mí. Me subí al asiento delantero junto a él, diciendo mil pelotudeces, gritando, riéndome. No escuchaba lo que él decía. Solamente repetía mil veces "Te amo y quiero estar con vos. No me dejes de nuevo". 
Agarré mi teléfono y llamé a mi mejor amiga, en mi estado solamente hablaba sin que se entendiera. Él tomó el teléfono y platicó con ella un momento. Le dijo que me iba a cuidar y que no me iba a dejar sola. Colgó. Me saqué los zapatos y me recosté en el asiento. El me dijo que debía llevarme de vuelta al boliche, mis hermanas estaban preocupadas y no quería que se enojasen más de lo que ya lo estaban. El auto se detuvo, lo miré por unos segundos. No me pude resistir y lo besé. Fue demasiado diferente a como lo había hecho antes, tenía otras sensaciones. Extrañas, pero agradables. El no dejó de cuidarme en ningún momento y no hizo nada que yo no quisiese. Me sentía segura, a salvo. A pesar de todo el sabor a vodka que tenían esos besos a causa de mi aliento, el no me dejó sola. Me sentía como la primera vez que habíamos estado juntos: única.
Me llevó de vuelta al boliche y me despidió con otro beso. Me bajé, entré y me olvidé de todo. 
Me sentí mal cuando llegué a mi casa. Mi estómago se revolvía, al igual que todos mis recuerdos. Cuando le se fue, estuve con otro chico. No lo lamenté y no me sentí culpable. Supuestamente no tenía ningún compromiso. No se lo dije, no quería herirlo. Revisé mi teléfono y encontré mil audios que me avergonzaban. Varios de ellos confesaban cosas que creí reprimidas y olvidadas hace mucho tiempo. Era una pesadilla. De un sueño perfecto se había convertido en un desastre. Le envié un mensaje solamente diciendo que lo sentía, apagué mi teléfono y me fui a dormir. O al menos, eso intenté. 
Al otro día intenté re-acomodar mis ideas, aunque solamente recibí quejas de mis hermanas por comportarme como una pelotuda. No me arrepiento de lo que había hecho, salvo que cambiaría no haber mandado ese audio. No sabía como reaccionar. Tenía miedo. Para mi suerte, solamente caí en una broma del día de los inocentes y, de ahí en más, el tema quedó terminado.
No era la primera vez que me pasaba, de decir cosas ebria que nunca diría estando sobria. En especial si son sentimientos reprimidos. La inhibición es muy débil bajo los efectos del alcohol, quizás esa fue la única forma de decirle lo que sentía, aunque ahora estuviese con otro foco diferente: él
Pensé que podía olvidarme de él, pero una parte de mi lo necesita. Estuvo ahí a pesar de todo. Todo pasa por algo, supongo. A pesar de aquellos besos inconscientes con sabor a Vodka, el se quedó junto a mi, cuidándome. Otros se habrían aprovechado de la situación y de mi estado. Tal vez, solamente por un momento, podamos volver a empezar.

"Porque vivir cuesta mas si abrís los ojos y miras 
lo que hiciste hasta acá, hacia donde vas y ves tus sueños romperse 
en un muro lo leí, la gente no cambia porque si. 
No podes engañar tu alma otra vez, 
con mas mentiras piadosas. 

cada vez, cada vez entiendo un poco mas, 
cada vez, cada vez entiendo que todo pasa, pasa, pasa 
solo pasa, pasa... 

porque hoy te busque y te vi con gente que pensé, 
que nunca entenderías, serias amigas y no es encerrar mil cosas 
esta vez dolió mas, ya no se que hacer para aguantar, 
olvidemos el rencor hay un tiempo mejor para vos, para mi.. 

cada vez, cada vez te extraño un poco mas 
cada vez, cada vez entiendo que todo pasa, pasa, pasa 

solo pasa, pasa..."

Todo Pasa - Airbag

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