jueves, 6 de noviembre de 2014

Capítulo II: Mariposas

Mariposas: Insecto lepidóptero en estado adulto o perfecto; tiene cuerpo alargado, con cuatro grandes alas y de colores generalmente muy vistosos producidos por unas escamillas o polvillos que las cubre. 

Según La Teoría del Caos: "El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino) o "el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo" así como también "El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo". Es muy curioso como asocié todo a una mariposa. Pero me basé en una historia que me contó alguien a quién yo qu(iero)ería mucho en su momento. Ella había pasado por lo mismo que yo pasé, pero de manera diferente.
Todo empezó hace un invierno atrás. Tenia catorce años. Era el año más importante de mi vida. Yo estaba pasando por mi último año de secundaria inferior. El año próximo cambiarían las cosas y sería todo diferente. Tenía dos grandes eventos en ese año: mi fiesta de quince y el campamento de Córdoba. Todo giraba en torno a mi fiesta de quince. Mi vieja estaba histérica, emocionada, insoportable, no hablaba de otra cosa. Todo tenia como justificativo directo "Porque para tus quince tiene que ser así".
Para ese entonces, todo lo que tenía que ver o abocaba directamente a ese tema me sacaba de las casillas. Simplemente porque todo llevaba a discusiones con mi mamá. Mi humor era inestable, sumado a las desconformidades conmigo misma. Mi cabeza tenía un conflicto interno que no me dejaba seguir, ya que todo era reemplazado por el dolor que sentía. En el 2013 todo se desgastaba para mi; se acababa o tenía un remate horrible.
Aparecíeron las tardes de penumbra y las noches de insomnio. Fue allí donde aparecieron las mariposas.
Estaba lloviendo y se aproximaba el gran día en tan solo dos meses. Uno de los grandes platos de la noche iba a ser el show que daríamos con mis hermanas. Claro que, el proceso pre fiesta terminaba siempre con peleas. Si no era por el volumen, era por las voces o porque ninguna se gastaba en mejorar. Por la mala onda o porque no respetaban los momentos de las otras. Por supuesto que para mis padres, la raíz de los problemas era yo. Como siempre. Nada fue peor que esa noche. Estaba tan cansada que me criticasen como era que me la había agarrado con mi profesor de guitarra. Lo que fue irrespetuoso y no merecido hacia él. No tenía la culpa de todo lo que me estaba pasando. Todo termino mal cuando el ensayo terminó.
Me había ganado las mil y un trompadas de mi viejo. Fue peor de lo que imaginé. El estaba furioso, decepcionado, cansado de mí. No puedo describir lo que sentía. No sabía que hacer. El empezó a golpearme. Sinceramente lo merecía. En mi cabeza solamente escuchaba las voces de mi padre que me decían "Ya no sé que hacer con vos" y "Te voy a matar". Terminé en el piso, dolida. Mi viejo agarró el auto y se fue. El resto de mi familia estaba arriba en la cocina. Yo seguía tirada en el piso del play room. Estuve quince minutos sin moverme, escuchando los comentarios de mi vieja y los de mi abuela. A nadie le importó mi estado en ese momento. Me digné a levantarme y a tratar de poner las cosas en su lugar. Mis piernas estaban dormidas por los golpes y mi cara estaba roja por llorar. Todo iba de mal en peor. Acomodando, encontré vidrios rotos debajo de mi guitarra que se había caído. No quería sentir más nada que no fuese el dolor de mis actos. No quería ser más nada. Accidentalmente, me corté con el vidrio y lo dejé caer. Miles de veces había escuchado de personas que se auto-flagelaban para no sentir culpa y auto-castigarse. Esa noche fue mi turno. Sentía miedo, pero aún así lo hice. Mis muñecas dejaron ver mi sangre. No me alcanzó con solamente una cortada pequeña. Cada vez se hizo más grande. Empezó a arder, pero no podía detenerme. Al final terminé tendida en el suelo, con vidrios rotos junto a mi, sangre en mis muñecas y mi cara toda roja. Estaba acabada.
Eran las once y mi viejo no venía. Por primera vez tuve que acudir al método de las pulseras. Si no se veía, no existía.
Pasaron dos días y era como si nada hubiese pasado. Excepto por un pequeño detalle: yo seguía con pulseras o muñequeras. Todo el tiempo sentía la presión o los raspones de las marcas y las lastimaduras. Estaba hecha pedazos. Para mi suerte, no duró mucho mi engaño. Una noche mis hermanas descubrieron mis marcas. A primera instancia, su reacción fue curiosidad por saber que tan lejos podía haber llegado. A segunda mirada, no lo podían creer. Finalmente solamente se me rieron en la cara, sin pedirme una explicación. SI, eso que estoy diciendo es la importancia que me dieron mis dos hermanas. Una noche Ludmila se sentó en mi cama a hablar conmigo, pero fue la única vez que me quiso escuchar.
Seguí ocultándome por casi dos años. Hubo períodos en los que trataba de calmarme, pero volvía a caer. Personas en las que confiaba me obligaban a detenerme porque no soportaban verme así. Hice promesas que terminé rompiendo, lo cuál me significó que se alejaran de mí. Quedan pocos de ellos hoy en mi vida. Soy de forzar mucho a que las cosas pasen y, cuando lo hacen, terminan mal. Mi signo indica lo planificadora que soy para que todo salga perfecto. A veces me pregunto "¿Que significa ser "Perfecto"?"

Volviendo atrás, un acto tan simple puede resultar un momento pequeño, pero perfecto. Me lo enseñó una persona muy especial. Según el método al cuál hace referencia éste título, consiste en pensar en las personas que te importan para lograr estar bien por uno mismo. "Dibuja una mariposa en alguna parte de tu cuerpo. Colocale en nombre de algo o alguien que sea importante para vos pero no se lo digas a nadie. La mariposa permanece en nosotros aunque no sea visible. Si te cortas, la mariposa muere. Al igual que ella, la persona por la cual  le pusiste su nombre. Vos elegís". 
No voy a decir que muchas mariposas hayan sobrevivido. Pero, aún así, nunca quise bautizar a ninguna con un nombre específico por miedo a que se vaya para siempre. Casualmente, hoy ya no necesito las mariposas... hasta ahora ella es mi mariposa. 

"No se que quiero, así que no me preguntes
Porque todavía estoy intentando entenderlo.
No conozco ésta calle, solo camino
Intentando ver a través de la lluvia caer
Incluso pensando que no soy la única que se siente así [...]
Solamente soy una chica, 
buscando mi lugar en éste mundo"

A place in this world, Taylor Swift

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