miércoles, 20 de enero de 2016

Capítulo XXXI: Vacío 4:54

Es un momento de mi vida en el que ya no puedo distinguir entre una explosión de color a un cuarto vacío. No sé que me pasa. Siento constantemente la necesidad de descargarme. Estoy angustiada, me siento triste. Como si todo lo que se refiriera a mi vida fuera un vacío que no puedo llenar. Una constante pérdida de memoria en cuanto a mis momentos más felices.
Las lágrimas caen por mi cara y me nublan la vista. Me siento horrible pero al mismo tiempo siento como una caricia en mi rostro y necesito seguir. Me impulsan las canciones tristes para reflexionar. ¿Por que me siento destruida? Es un ataque de insomnio que me come, que no escapa de mi cual canción pegadiza que siempre me recuerda a vos. Quiero comenzar de nuevo-

Es una época en la que tengo ganas de hacer mil cosas juntas, pero a la vez no encuentro ganas para hacer ninguna. Me estoy desvaneciendo como una montaña de cenizas de un fénix que murió -y nunca renació- que se las lleva el viento. Me siento invisible. Olvidada por los que más quiero. Me siento como una molestia, un peso a cargar, una completa falta de responsabilidad. Un grito más que aguantar. Un error, mi error. ¿Por que?.

Mi casa, era mi refugio, cada vez siento como si no perteneciese acá.
Mi mamá, la persona ejemplar, la que nunca se equivoca, no se da cuenta cuanto la necesito. Me siento perdida, en un callejón que se cierra de a poco y me asfixia.
Mi hermano. Esa luz que un día llegó a mi vida y me golpeó. Una señal de que había alguien igual a mi y que pasaba por las mismas cosas que yo. Siento que es un desconocido, alguien que me odia con todo su corazón y vive para joderme la vida. Que no le importo, que me prefiere lejos y, si es posible, muerta. Que no desaprovecha oportunidad para tratar de hacerme explotar. No lo reconozco.
Mis hermanas. Los 9 meses más importantes de mi vida y siento que no tenemos nada que compartir. Me siento como el embrión no deseado, el error, la colada, la que está de más. Una vereda muy grande en la cuál no hay espacio para mí y tiendo a caminar sola. No tengo el valor suficiente para enfrentar lo que siento y ellas no me entienden. Vivo con su maltrato, con su rechazo. No entienden mi manera de pensar y cuanto me duelen que sean tan duras conmigo y no sepan escucharme, o al menos tomar mis palabras con valor. Soy, de nuevo, una carga para sacarse de encima. Un error.
Mi papá. No tengo mucho que decir. Tiene una manera muy rígida de pensar y tiende a imponerla. Vive en su mundo, en sus cosas, en su negocio. No quiero ser otro problema más en los que su cabeza tenga que pensar. Lo mismo para mi mamá y sus "150 mil cosas".

Mi mejor amiga. Quien sabe que pase por su cabeza en cuanto a mi. Que piense, que espere que haga. Ya me cansé de reclamar una atención que ella no quiere darme y seguir remando una amistad que se fue descastando con las idas y vueltas, tan fuerte que pareció a todos los golpes que tu(ve)imos que sobrellevar. No puedo soportar otra despedida

Mi (mejor) amigo. La persona en quien más confiaba. mi sostén en el colegio y en la vida escolar. Ya no está. Su mundo, su vida. Tuve que escuchar como me trataba como una bolsa de basura y como me desechaba al vacío. Si. volví a llorar y siento que no merezco nada de eso. Aunque la negación sea su arma más fuerte para derribarme. 
Mi hija. Mi querida hija. Fue una de las mejores cosas que me pasaron en el 2015, pero siento que el 2016 la está alejando de mí. Sé que tiene mil problemas en su cabeza pero la extraño.

Y por último estoy yo. Y no tengo mucho que decir de mi. Solamente sé que tengo que fijarme primero que estoy haciendo mal para que de desenvuelva todo ésto. Bajo el telón.


"Porque lo perdimos todo
nada dura para siempre.
Perdón, no puedo ser perfecta.
Ahora es demasiado tarde
y no podemos volver.
Perdón, no puedo ser perfecta"

Perfect - Simple PLan

No hay comentarios:

Publicar un comentario