viernes, 30 de enero de 2015

Capítulo XIV: Coincidencias

Coincidencia: Hecho de coincidir en el tiempo o en el espacio dos o más personas, hechos o cosas.


Dicen que la vida está compuestas por millones de aspectos importantes. Unos más que otros. Hay veces que los más hermosos ni se notan, ya que son como estrellas fugaces en el tiempo. Se escapan muy deprisa, como el agua entre dos manos. Son pequeños desde el punto de vista en el que estamos, solamente porque no podemos apreciarlos de cerca. Pero, aún así, su particularidad se percibe con tan solo observar como algo tan insignificante puede traer resultados inmensos.
Aparte, la vida de una persona está hecha nada más ni nada menos que de momentos. Esos recuerdos que son como fotografías en un álbum que no tiene fin. Algunos no pueden capturarse con un simple click y un flash, ya que los momentos son eso: pequeñas estrellas fugaces en nuestras mentes que pasan a través de nuestros ojos. Lo que los vuelve especiales, es que son imprescindibles.


Ahí estaba yo, como otras veces. Un simple juego de  Bowling en el que iba perdiendo. No tengo habilidad para esos juegos pero si enfoque para una buena precisión. Cerca de mi, unos ojos marrones con dientes de lata se pasaron delante de mis ojos. No pude evitar esquivarlos. No significaron nada en ese momento. Luego de eso, una comida y un helado. A la librería del shooping me había escapado. Me encantaba ese lugar, estar rodeada de libros, de tantas historias que me gustaría leer. Doy vueltas y vueltas por los pasillos, examinando cada libro que me llama la atención. En teoría, no hay que juzgar a un libro por su portada, por eso investigaba cada uno que podía. Empezaba buscando los de mis autores favoritos: la mayoría de Nicholas Sparks y L.J Smith. Pero me gusta ir más allá, buscando nuevas historias que aún no conozco.
En un rincón, solitario, en donde la sección de ciencia  ficción se cruzaba con la historia del arte y la música, aquellos ojos marrones volvieron a aparecer delante de mi. Su expresión logró captar mi atención. No esperaba volverme a cruzar a esa persona. Su voz tan particular y dirigida hacia a mí. Sentí una sensación de vergüenza que me revolvía el estómago. Estaba cautivada por su sonrisa oculta detrás de esos dientes de lata. Nos perdimos a través de los libros. Aquella sensación de nervios y mariposas podridas se estaba disolviendo lentamente. Era alguien simpático, diferente a las personas que había conocido antes. Podía ver en sus ojos su ingenuidad y sinceridad.
Nunca hubo indicios de tratar de acercarse, pero si muchas coincidencias. Era de donde yo vivo, prácticamente con unas cuadras de diferencia pero no conocía prácticamente nada acerca de Monte Grande. No se ubicaba en las calles, ni siquiera sabía donde estaba la plaza. Adoraba aquella sensación de nerviosismo que percibía cuando no podía mirarme a los ojos.
Nunca suelo mirar a los ojos a la gente, lo que es señal de que no tengo mucho interés en la situación. No lo hago con esa intención. Una vez me dijeron que en los ojos se esconden los secretos más profundos a ser revelados. Sin embargo, no me importo hoy. Él tenía esos ojos, aquellos dos marrones castaño clavados en mi. Alzaba la mirada cada vez que hablaba con él. El me mostró su sección favorita que coincidía con la mía, sorpresivamente. Examinamos todos los libros desde "Crónicas Vampíricas" hasta "Maze Runner" y todas las novelas, sagas y libros de autores que queríamos leer, pero que simplemente no encontrábamos el momento para hacerlo.
Hubo un momento en el que, había dejado un libro caer por accidente. Como si fuera una película, ambos quisimos tomarlo al mismo tiempo. Fue un momento fugaz en donde nuestras miradas se cruzaron y una mueca de sonrisa se había dibujado en su cara. Nos levantamos.


-Tengo algo que confesarte 
+ Decime
-Mi viejo me ganó la partida de Bowling
+Y a mi me la ganó mi abuela. Y creo que caí más bajo que vos.
-Bueno, por lo menos te ví y sé que jugas bien 
En ese instante todo se resumió en esa frase: "Te vi". En ese momento había demasiadas coincidencias. Un sentimiento de terror me invadió mi cuerpo pero había sido catalizado con una sensación de... placer. Hacía mucho tiempo que alguien no se fijaba en mi, además de que yo era una completa desconocida. Me gustaba su buena onda, su sentido del humor. No me molestaría volver a saber de él otra vez. Le pedí mi número y me tuve que retirar de la librería. Ambos chocamos y rozamos miradas un momento. Me aparté y solo dije:


-Un gusto conocerte...
+Marcos
-Georgina, es mi nombre.
+No creo que sea muy difícil recordarte. No conozco a nadie que se llame así.
-Sos afortunado, entonces.+Ahora lo sé.


Estreché mi mano y el se inclinó a saludarme en mi mejilla. Me sonrojé.
Al volver a la casa de mi abuela, recibí su mensaje y estuvimos hablando por más de dos horas. La mueca de la sonrisa se había quedado en mi rostro. Descubrí más coincidencias entre ambos: música, gustos, hobbies, actitudes con los hermanos menores. Entre otras cosas. Según una película titulada "500 días con ella": "No porque a una persona le interesen las mismas estupideces que a  vos, significa que sea tu alma gemela". No creo mucho en eso de las supuestas "Almas Gemelas" ya que la posibilidad de hallarla es de 1 en 1 millón. Pero, nadie puede decir si ésta no es solo otra coincidencia.


"Tus ojos susurraron "¿Nos conocemos?"
Al otro lado del cuarto, tu silueta
empieza a recorrer su camino hacia mí.
La alegre conversación comienza,
contador de todas tus rápidas observaciones,
como pasando notas en secreto
Y fue agradable conocerte
Todo lo que puedo decir es que estaba encantada de conocerte"


Enchanted - Taylor Swift






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