miércoles, 25 de junio de 2014

Cuaderno Viejo

"No puedo creerlo. Simplemente no se como pasó. El destino quería que yo tuviese el peor día de mi vida y así fue. La cosa era salir y despejarme con mis tías, pasando un buen rato. De todas las personas en el mundo a las que hubiera querido haberme cruzado aparece ELLA. SI, otra vez, Valeria. No puedo creer como llegamos a esto. Me duele tanto no ser más su amiga que me produce todo: bronca, tristeza, odio, ganas de largarme a llorar en pleno shooping. No me importa nada, no quería verla. Me pone demasiado mal que no quiera solucionar las cosas hablando y que decida terminar todo así como si nada.
Yo quise disimular mi cara de orto, pero me fue imposible. En 5 segundos ya tenía cara de orto y muchas ganas de llorar. Estaba esperando a que mis hermanas volviesen de comprar comida con mi tía sentadas en una mesa al fondo. Mi Tia me preguntó que me pasaba, pero no le respondí. Se dió vuelta para tratar de adivinar a quien estaba mirando, y estaba Valeria en esa dirección. "¿Esa chica te pone mal? Ay nena, no tenes que hacerte problema, ¿Que les pasó?". No me quedó otra opción que contarle todo para que ella entendiera. Aún así, me largué a llorar. Fui al baño lo más rápido que pude a lavarme la cara, me encerré a llorar como una nena de 5 años a la que acababan de retar.
En ese momento tuve un deja vú horrible. Cuando estaba en 4to Grado, yo tenía una amiga, Malena, que se llamaba Malena. Un día vino y me dijo que no quería ser más mi amiga y yo me fui al baño a llorar. Estuve ahí toda la tarde hasta que se hizo la hora de irse. No fui a clases y tampoco hice la formación. Cuando llegué a casa me encerré en mi pieza y no salí ni siquiera para comer. Resultó que Malena me había hecho una broma y que estuvo esperando que yo subiese al salón para pedirme perdón. Es hasta el día de hoy que seguimos siendo amigas.
Bueno, volviendo al día de hoy. Esto no era una broma, estaba pasando en serio. Estando en el baño, le mandé un mensaje a mi amiga Celeste y le conté lo que me estaba pasando. Celeste y Valeria se odian y por eso no tardó mucho en empezar a decirme "Te lo dije". Empezó a decirme cosas horrorosas de ella y mi furia se incrementaba de a poco. La odio, muchísimo. Quería ir y gritarle en la cara todo lo que pensaba. No quería tener nada mas que ver con ella y que terminase.
Cuando llegué a casa, Celeste había creado un grupo en WhatsApp llamado "La pelota Naranja" donde, junto a mis hermanas, estaban bardeando a Valeria. En ese momento no hablé. Solamente leía lo que escribían. Me sentía contenida y, ahora, me siento una mierda. Yo puteo a cualquiera que la llama gorda a Valeria y ahora no hago nada al respecto. Pasaron un par de horas y seguía leyendo, tanto por twitter como por wpp. Era imposible no sentirme mal, todavía había una parte de mi que no quería soltarla. 
Después de comer, abrí twitter y ella escribió "Imposible no sentirme así de mal". Lo interpreté muy personal y todo mi odio se convirtió en un abismo de culpa, porque todo lo que habia dicho y hecho. No puedo evitarlo, ella me sigue importando, aunque no nos hablemos más. No puedo negar mi odio. Me odio a mi por haber hecho lo que hice. Me odio por quererte tanto y valorarte tan poco, cuando tendría que ser la primera en hacerte saber lo mucho que vales. Perdon Vale" Algún sábado de Abril, 2013

Encontré esto en un cuaderno viejo que creía que lo había desecho hace varios meses. Recuerdo este día como si hubiese pasado hace poco. Tal como lo describí, la odiaba. No quería verla. Acudí a Celeste para descargar mi odio y es hasta el día de hoy que me arrepiento con toda mi razón.
Es el día de hoy que Celeste se convirtió en alguien a quien no quiero ver y se que ella tampoco quiere verme.Creo que es lo que tiene que ser y que, además, ya no somos amigas por diferencias de opiniones.
En cambio, con Valeria es distinto. A pesar de todos los errores, algo hizo que nos volvamos a dar una segunda oportunidad. Ahora ella es mi hermana mayor, la que siempre quise tener, y no cambiaría eso por nada. 
Lo malo de leer cosas viejas es que se me hace un nudo en el estómago por la culpa y el remordimiento pero, aún así, me sirven para darme cuanta de algo: las cosas cambian, para bien o para mal. Pero aprendí y me sirvió para tener una idea permanente: No quiero perder a Valeria nunca más 

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