lunes, 27 de octubre de 2014

Ghost Girl (Primera Parte)

Memento Mori

Hay quienes viven cada dia como si se tratara del último de su vida. Los hay que contemplan el amor de modo similar, en un intento desesperado por eludir aquellos cambios, íntimos o descomunales, que en todo momento se ciernen sobre cada uno de nuestros horizontes. Pero el sentimiento de apremio que surge de nuestro deseo de experimentar la vida y el amor al máximo puede precipitar la toma de determinadas decisiones, que no siempre resultan las más idóneas para quién las elige, ni para aquellos a quienes afectan.
Es más, en ocasiones, enfrentarse a las consecuencias de las elecciones de cada uno puede resultar fatal, más incluso que la muerte. Tal vez solo se viva una vez, pero no siempre tiene uno por qué sentir esa vida como eterna


A veces tienes que ir por tu cuenta

Quien no arriesga no gana. Como un kamizake, hay ocasiones en que no queda más remedio que renunciar a la vida que conoces por un fin más noble. El precio puede ser muy elevado, para tu corazón, alma y reputación. El resultado puede valer o no la pena, imposible saberlo, y en realidad es irrelevante. Porque lo que nos reconforta, en definitiva, es tener la certeza de que hay cosas por las que vale la pena hacer un sacrificio.

Quédese con el cambio

Aferrarte a alguien a sabiendas de que debes dejarlo ir es una forma de aplazar lo inevitable para esa persona... y también para ti. Te permite postergar esa transición que estás a punto de imponer hasta que estás preparado. Al igual que cuando cancelas la visita de un huésped a quien hace tiempo deseabas ver, pero para la cual nunca tuviste ocasión de disponer lo necesario, se trata de la salida más conveniente y fácil... para ti.

Yo contra yo 

A menudo nos distrae de tal modo la guerra interna entre lo que deseamos hacer y lo que debemos hacer que pasamos por alto lo que necesitamos hacer, Necesitar no en el sentido de obligación para con los demás, sino en el sentido de conservar uno la cordura. Llega un momento en el que lo que los demás opinan que deberíamos hacer entra en conflicto directo con lo que nuestra cabeza o nuestro corazón nos pide llevar a cabo, y es entonces cuando debemos decidir si nuestra prioridad es complacer a los demás o complacernos a nosotros mismos.


Oportunidad Perdida

No se extraña lo que nunca se ha tenido, pero echamos mucho de menos lo que tuvimos a nuestro alcance. Y lo que más añoramos es lo que teníamos. Aunque esperamos y rezamos porque nuestras relaciones, nuestro aspecto y nuestra vida mejoren, cuanto más se tiene más es lo que se puede perder.

Estado critico

Del Mismo modo que nos vuelve ciegos a las imperfecciones de los demás, el amor magnifica también las que detectamos en nosotros mismos. Pero si esto es cierto, entonces también lo contrario ha de ser verdad. podemos consolarnos pensando que nuestras faltas serán invisibles para quienes nos aman. El éxito o el fracaso de toda relación no depende solo de lo que uno siente por el otro, sino de lo que uno hace que el otro sienta por uno mismo

Loca por amor

En lugar de curar, el amor también puede dañarnos, desencadenando una epidemia de emociones debilitadoras que nos transforman en personas a quienes apenas reconocemos y que se cobra aquello que deseamos con tanta desesperación. Los brotes repentinos de inseguridad, celos, obsesión o temor, sin más, son factores que pueden contribuir a nuestro dolor. Y, si bien los síntomas del mal de amor pueden ser muchos, todos comparten una única causa y una única cura: tú

Secundo esa emulsión

En ocasiones son las cosas que nos rodean las que más nos cuesta ver, sobre todo el amor. DE manera semejante a las partículas de polvo suspendidas en un rayo de sol, el amor permanece invisible a nuestros sentidos hasta que algo lo ilumina. Cuando nuestros corazones son incapaces de ver con claridad, el amor crea su propio efecto Tyndall y nos ayuda a arrojar una luz sobre lo que siempre está ahí, incluso en nuestros momentos más aciegos 


Me quiere, no me quiere

Si quienes fueron amantes siguen siendo amigos, o todavía están enamorados o bien es que nunca lo estuvieron. Nos sentimos atraídos hacia otras personas por razones de toda índole; con todo, la mente humana puede, en ocasiones, calificarlos sentimientos de románticos por no hallarles otro sentido en un momento determinado. La verdad es que cabe la posibilidad de que las personas hacia las que más nos sentimos atraídas puedan no estar ahí con fines amorosos, sino, por el contrario, ser presencias capaces de infundir cambios, alteraciones en nuestra vidas, que se nos presentan por el camino por razones que todavía no alcanzamos a comprender.


Todos caemos

Se dice que caes en las redes del amor por algo. Como una cáscara de banana de una de esas películas mudas, el amor puede hacerte resbalar y caer al suelo cuando menos te lo esperas. Entonces, o te levantas de un brinco, impertérrito, o te quedas paralizado. Sea como fuere, ya siempre llevarás ese recuerdo contigo. El futuro dirá si es una pequeña cicatriz o una lesión permanente lo que te deja.


Vidas Pasadas

Existen muchas clases de fantasmas, no todos sobrenaturales. Desde los álbumes de fotos hasta las cartas de amor, el recuerdo de decisiones equivocadas, promesas incumplidas, amores perdidos y sueños rotos pueden, en ocasiones, rondarle a uno durante mucho más tiempo que el relumbre de satisfacción de nuestros mayores logros. Qué duda cabe de que el más temible de los acechos es al que nos someten nuestros propios fantasmas

Ni mucho menos más sabía

La sabiduría está sobre valorada. Enemiga acérrima del exceso y la precipitación, se nos presenta como la llave que nos abrirá las puertas de cuanto es verdad, correcto y equilibrado. Sin la intemperancia ni la impulsividad, no obstante, resultaría del todo innecesaria y, de hecho, solo se adquiere a partir del comportamiento errático. Tanto es así que, si aspiras a ser sabio algún día, es indispensable que pases la vida haciendo estupideces.


Complejo de superioridad

Las malas noticias son buenas noticias. Pocas cosas hay que nos satisfagan tanto como la humillación de aquellos a quienes detestamos, o admiramos, o a quienes incluso ni tan siquiera conocemos. Devoramos la noticia igual que la escandalosa crónica de un tabloide, una fotografía (sin maquillaje) o incluso un nimio chismorreo local. Nada vende tanto como el fracaso.


Con las suposiciones muere toda relación

Si piensas que sabes lo que sucede en la cabeza del otro, piénsalo de nuevo. Creemos que el amor nos otorga el poder de leer su mente, cuando en realidad lo único que hacemos es leernos la nuestra. Qué duda cabe de que constituye un excelente mecanismo de defensa, pero no puede sustituir a la comunicación real. La mejor forma de saber lo que de verdad sucede en la cabeza de otro es también la más arriesgada: preguntándoselo.

Cuenta, Cuenta

A veces, divulgar tus puntos débiles sin filtro alguno puede hacerte más humano, pero por desgracia también puede proporcionar material que luego sea utilizado en tu contra. Cuando inicias una relación, deseas conocer al otro, cada detalle, y quieres que el otro te conozca a ti. Eres un libro abierto. Pero si las cosas no salen bien, entonces prepárate para agachar la cabeza cuando arrojen contra ti ese mismo libro.

Nunca se sabe

Todos albergamos pensamientos sobre el amor y la muerte. Nos pasamos la vida entera pendiente de ambos, buscando el uno y evitando la otra, conscientes en todo momento de que, en gran medida, esta fuera de nuestro alcance controlarlos. Y este es un predicamento terrible y emocionante a un tiempo. Al final, todo depende de como se mire. De una cosa si podemos estar seguros: nunca resultan ser lo que uno esperaba 

Continuará...

miércoles, 22 de octubre de 2014

Me jodía. Ya no me jode

Es muy loco como cambian las cosas con el tiempo. De todo se aprende, hasta de lo que no nos gusta. De lo que parecía para siempre, o para un rato largo, y se fue tan rápido como se van los peces con las olas. Las personas, mayormente, cambian para bien. Te hacen saber lo que necesitan y lo que no... Vos ya no me necesitas mas.
Es increíble que fuésemos tan unidas siendo tan diferentes. Éramos "Gemelas" a pesar de todo. Teníamos cosas parecidas pero nos separaban muchísimas otras. A pesar de todo, esa amistad de más de un año que tuvimos juntas, se fue degradando y terminando de desaparecer cuando te enfocaste en otras personas y me dejaste de lado. Sonará de celosa, pero sorprendente mente ya no me jode. Lo que antes me molestaba de vos, ahora me da igual. 
Las dos cambiamos en ese sentido. Creo que perdimos el cariño el una por la otra, al igual que el interés por saber nuestro estado actual. Varias tuvimos nuestros momentos de malas vibras, malos pensamientos. Malas épocas, al fin y al cabo. Nos dimos una nueva oportunidad pero parece que no fue lo suficientemente fuerte para sobrellevar el tiempo. No es culpa del tiempo, es culpa de las dos. Aunque muchas veces yo mostré una señal, una mínima luz de que existía y de que todavía me importabas, vos no tuviste ganas de notarlo.
Acá estamos ahora. Ambas hicimos nuestra vida. Vos con tu novio, con tu felicidad, con tus limitados intereses. Parece que yo no fui importante para vos y me tachaste de tu lista. ¿Quieres saber algo, Annie? Ya no me jode. Aprendí, como bien vos me dijiste, a que mi felicidad no dependiese de nadie más que de mi y estoy feliz por eso. 
Si algún día llegases a leer ésto, cosa que dudo mucho, quiero que sepas que no me arrepiento de todo lo que pasamos juntas y aún, después de todo, tengo nuestra primera foto colgada en mi cuarto. Sigue ahí. Fue una de las cosas que hicimos juntas y me llenó el alma. Vos misma, el 22/7/13, dejaste escrito detrás "No te vallas eu, seamos loquitas gemes por siempre. Te prometo que nunca te voy a dejar. Te quiero, Annie". 
No te voy a mentir. A veces saco la foto del cuadro y leo lo que pusiste, recordando como fue ese día; aunque realmente llega un punto de que me duele y me lo sé de memoria. Muchas veces pensé en guardarlo y en decir "Ya fue". Pero me importabas mucho como para darte la espalda así de fácil. No puedo seguir pretendiendo que te intereso, ya no me jode tu manera de ser conmigo.

Ya no me jode tu desinterés
Ya no me jode que me dejes de hablar
Ya no me jode que no me saludes
Ya no me jode que seas tan fría
Ya no me jode que te importe solo tu novio
Ya no me jode que ni te gastes en contestarme
Ya no me jode que hayas cambiado
Ya no me jode que te chupe un huevo
Ya no me jode que seas tan careta con vos misma
Ya no me jode que estés mal y no hagas nada
Ya no me jode que te hayas olvidado de mí.

Me jodía todo. Ya no me jode nada.