Me encuentro en el medio de una estadía en uno de los más hermosos lugares a los que alguna vez viajé. Exactamente, San Carlos de Bariloche, Rio Negro. Desde el momento en el que supe que iba a pasar mis vacaciones de verano en éste lugar, me plantee un simple pero importante objetivo. La particularidad de éste lugar es su clima, sus paisajes, otro aire con el cual respirar. Una sensación de paz que muchas veces se necesita para aclarar la mente y relajarse.Una forma distinta de escuchar una canción y de pensar. Otra manera de buscar inspiración para escribir.
Estando en el avión, empecé con un nuevo proyecto. Una idea distinta para una maqueta. Quería guiarme por los principios de mi ídola, quien usó a su más grande inspiración para escribir su primer gran canción "Tim McGraw". Yo quería hacer lo mismo. La canción iba a llevar su nombre: Taylor Swift. Me basé en su idea de que, el recuerdo de su canción favorita, podía traerle a la mente aquel amor perdido que alguna vez en llamas ardió. Pero, después de un tiempo de recapacitar, no quería hacer una copia barata de su idea. Decidí pensarlo un poco más.Con el poder de un remo y la resistencia que soportaba un bote kayak, me emprendí a una travesía por el tan misterioso Lago Nahuel Huapí. Según estudios e investigaciones que se realizaron, existe un lugar del lago en el cual nunca se pudo determinar su profundidad exacta ni con el artefacto más preciso. Esto se debió a que, a causa de la presión y la profundidad, los medidores terminaban por dejar de emitir sus señales hacia la superficie. Lo máximo que pudo alcanzar uno de ellos fueron los 500 metros de profundidad. Gracias a que todavía ese misterio no se ha descubierto, se crearon leyendas tales como la existencia de "Nahuelito". Al igual que nuestros amigos estadounidenses y su aclamado "Nessie, el Monstruo del lago Ness". También se han encontrado frutos de mar, como mejillones y camarones. Esto dejaba en evidencia una posible conexión con el gran océano pacífico sur. Como lo anterior, es una teoría no comprobada. Todos estos misterios dejan en claro que, hay cosas más mucho más allá que la ciencia no puede comprobar. No tiene límites la imaginación que uno puede llegar a tener. Queda en cada uno creer que puede haber en el fondo de aquel mundo submarino donde tantos quieren indagar. Como para un niño, todo es posible.
Allí estaba yo, con un salva vidas impulsando mi kayak con la fuerza de mi remo. Decidí alejarme del muelle, lo suficiente para no distraerme. La corriente no me molestaba, incluso me clamaba sentir como chocaban las pequeñas olas con el frente del bote. Llegué a un punto estable para quedarme sin que estuviese en peligro. Dejé el remo a un lado y respiré profundo. De allí, solo observé. Tenía ante mi un paisaje que era admirable. Era increíble imaginar que todavía quedaba algo puro y verde en éste planeta. Cerré los ojos un minuto y me concentré atentamente en los sonidos. No pude distinguir ninguno, salvo los zumbidos de las olas adelante de mi. Me había invadido una sensación de paz en todo el cuerpo, estaba tan relajada que me sentía como una sirena nadando en aguas calmas. De repente, una idea llegó a mi cabeza. Al principio no pude distinguir su significado ni su contexto aparente, solamente entendía el bosquejo que ésta me dejaba apreciar. Así como Taylor usó algo que admiraba para escribir su canción, lo entrelazó con una experiencia de su vida. Eso, sumado a pequeños detalles, convirtieron a la canción en una dedicatoria personal. Yo quería dejar el mío. Al fin había podido dar claridad a mi gran idea.
Respiré profundo nuevamente y me decidí a regresar. En el camino, había olvidado que no tenía una melodía aún y, sin mi amada guitarra Alay que se encontraba en Buenos Aires, se me hizo imposible poder concentrarme con un ritmo determinado. Intenté utilizar un método distinto, buscando mi puntapié en melodías que alguna vez hube de inventar pero nunca utilizar. No estaba funcionando. Pero, como siempre, la vida es inesperada y está llena de sorpresas. Sin quererlo, una guitarra llegó para mi, prestada, de parte de un nuevo amigo de mi papá. Era el hombre más humilde que había conocido jamás y tenía un corazón tan grande como el universo mismo. Ya tenía todo lo que necesitaba.
Con una idea ya planificada y mi elemental ingrediente en manos, me dediqué toda esa tarde a terminar la canción. Tomé un viejo cuaderno de notas que había traído en mi bolso para cuando estuviese en el avión, para cuando un momento de inspiración apareciera de la nada. Busqué una hoja en blanco. Pero, aparte de eso, encontré algo más: una canción que había escrita anteriormente, por la cual no había quedado muy satisfecha. Era sobre mi mejor amiga, mi fénix, mi hermana. Sentía que le faltaba algo, ese toque que la debería volver especial. Sentía que era la peor canción que había escrito nunca. En ese momento, justo en ese preciso instante, pude terminar de definir mi idea. Al igual que Taylor, su inspiración partió a partir de una tercera persona, la cual significó tanto en su vida como para que le dedicara su primer gran éxito. Ese fue mi punto de partida final. Tomando algunos detalles de la canción anterior, decidí mejorarla y empezarla de cero. Tomé la guitarra, una hermosa y sencilla guitarra criolla. A pesar de sus golpes, eso no pudo evitar que su sonido fuera tan placentero como el de la primera risa de un bebé. Tenía una afinación diferente a la que se acostumbra usar, le daba más profundidad al sonido. Mi profesor me había enseñado aquel truco hacia unos meses, cuando decidí aprender "November Rain" de los Guns and Roses. Creo que fue esa pequeña modificación lo que hizo que la canción tuviera el sonido perfecto.
Después de dos horas rasgueando acordes y tarareando alguna que otra rima, pude terminar la canción. Estaba más que feliz con el resultado. No solo habia logrado mi objetivo de incluir a mi ídola en una de mis canciones, sino que le había encontrado un doble sentido: Mi idola se relacionaba con una de las cosas más importantes que tengo hasta ahora.
Las personas que me conocen bien, sabrán de lo que hablo. Es una historia particular y personal, mi historia con ella, lo que me parecía, como la veía. En un momento, puede que pareciera que estaba hablando solo de Taylor pero, en el estribillo, logré captar ambas miradas utilizando la misma finalidad que ella en su mensaje secreto: "No puedes decirme nada". Es una canción totalmente personal, con cada detalle preciso que conlleva su dedicatoria. Ojalá algún día tenga el valor para cantarla estando frente a ella. Hasta que eso pase, solamente cuento con una gran canción, producto de modificaciones para crear un éxito: el mio.
Quiero que recuerdes mi nombre
Cuando suene esa canción en la radio.
Y Taylor Swift aparezca cantando
esas letras que tanto me gustaron.
Cuando escuches su voz recuerda
ese tiempo contándote de ella.
De como lo que sentía al verla
traía tu recuerdo a mi cabeza.
Cuando escuches Taylor Swift
quiero que pienses en mi
Ojos brillantes
Sonrisa perfecta.
Su rostro resplandece
Lo digo y no lo cree.
Suenan sus canciones
seguidas con mi guitarra.
La vida a mi cuerpo vuelve
se me ilumina el alma.
Oh oh oh oh
Puedo escuchar su voz
tan cerca y tan lejos.
Oh Oh Oh Oh
Es mi cd favorito,
como la canción de mi vida
La disfruto más, si estás conmigo.
El tiempo pasa
Vamos creciendo
estás con tu carrera
yo aún sigo eligiendo.
Entre miles de acordes
y cientos de instrumentos.
Las letras cambian
permanecen los recuerdos.
Fuiste mi primera gran canción
Mi comienzo, el fruto de mi inspiración
Sigo encontrando mi destino en tu voz
Aquel Agosto fue un mes de sonrisas
Te dediqué mi mejor melodía
Como Taylor, Salvaste mi vida
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| "Quisiera que cantasen ésta canción conmigo, porque fue la primera que escucharon de mi" Taylor Swift, Journey To Fearless Movie, 2010 |
